
Como ocurre con casi todo nuestro vehículo también tiene fecha de caducidad, incluso cuando le hemos realizado toda clase de revisiones. Influye la cantidad de kilómetros que le hayamos hecho al vehículo, el desgaste de las diferentes piezas… en definitiva, el tiempo no pasa en balde para nadie. Es nuestro deber estar atentos a los síntomas y avisos, y actuar en consecuencia para evitar males mayores.
A continuación, hablaremos de los elementos de nuestro vehículo a los que tenemos que prestarle especial atención. Los líquidos en general, aceites y filtros requieren de una revisión habitual y en cuanto a su sustitución te damos algunos datos genéricos: aceite del motor y filtro (15.000 km); filtro del aire (20.000 – 30.000 km); filtro de combustible (30.000 – 50.000 km); filtro del habitáculo (15.000 km); líquido de frenos (20.000 km o 2 años); y anticongelante (2 años).
Batería
¿A quién no se le ha quedado alguna vez el coche sin batería? Si no te ha ocurrido a ti, seguramente sí que conoces a alguien que le haya pasado. Es un elemento básico para el funcionamiento de nuestro vehículo, por lo que te recomendamos cuidar de ella, aunque no debemos perder de vista que la vida media suele ser de 4 a 5 años, depende del uso que se le dé.
Limpiaparabrisas
No solemos estar muy pendientes a los limpiaparabrisas, salvo cuando llegan los días de lluvia y nos damos cuenta de que no retiran bien el agua, dejan finas estrías en la luna, no retiran las manchas del cristal o simplemente rechinan al ponerlos en funcionamiento. Recuerda que nos facilitan la visibilidad, pero para ello debemos tenerlos en las mejores condiciones.
Catalizador
Gracias a este elemento, conseguimos disminuir los elementos contaminantes de los gases de escape. En el caso del catalizador, el uso del vehículo es lo que determina su vida útil aunque en ocasiones puede dañarse por otras causas. Después de los 400.000 kilómetros debemos comprobar si necesita ser sustituido.
Airbag
Evidentemente tras un accidente es necesario cambiar los airbags, ya que normalmente se activan y en la colisión pueden sufrir algún tipo de deterioro. Además, si advertimos que en el cuadro de mandos del vehículo se ilumina el piloto SRS (airbags) debemos acudir a nuestro mecánico de confianza para una revisión exhaustiva. En general estos elementos suelen aguantar toda la vida útil de nuestro vehículo.
Cinturón de seguridad
En el caso de los cinturones de seguridad podemos afirmar que no caducan, aunque hay que tener en cuenta que se pueden deteriorar. Es aconsejable llevar a cabo revisiones periódicas en las que se comprueban posibles desgastes o el mal funcionamiento de los anclajes. Frenazos bruscos o simplemente el paso del tiempo pueden disminuir su eficacia, y tras un accidente no dudes en sustituirlos.
Luces
Las luces de los faros suelen durar alrededor de dos o tres años y es obligatorio tener siempre en la guantera un juego de repuesto. Cuando las cambies debes revisar su transparencia, limpiar los cristales y realizarles el reglaje. Si se trata de luces de xenon, lleva tu vehículo a un taller especializado, ya que no conviene manipularlas.
Climatizador
Es recomendable realizar una puesta a punto del climatizador cada dos años, máxime si tu vehículo se encuentra ya en una etapa madura. Existen algunos síntomas claros que nos indican la necesidad de llevar a cabo esta revisión, como pueden ser: falta de potencia, malos olores o problemas al tratar de eliminar el vaho de los cristales.
Neumáticos
Para los neumáticos no podemos hablar de una fecha de caducidad exacta, ya que el desgaste puede depender de los kilómetros que hagas, el peso que soportan, las inclemencias del tiempo y el terreno por el que circulamos. Son un elemento de seguridad imprescindible, por lo que debemos atender a su cuidado. Según los fabricantes, tras 5 años de uso es necesario que sean revisados por un especialista; y tras 10 de su fecha de fabricación (combinación de cuatro dígitos del flanco con la semana y año, siempre precedidos de la mención DOT), se recomienda reemplazarlos.
En el día a día vigila la banda de rodadura de tus neumáticos para procurar que la profundidad de su dibujo nunca sea inferior a los 1,6 mm. Y también que el desgaste sea regular y no existan grietas, bultos o clavos.