
Según algunos estudios, en torno a un 30% de los conductores españoles tiene algún tipo de tratamiento farmacológico. Si a este dato le sumamos que un 20% de los accidentes de tráfico se producen porque el conductor se duerme el volante, es obvio que estamos ante una problemática a la cual hay que ponerle solución.
Según la Dirección General de Tráfico (DGT) es importante que los conductores estén informados sobre los efectos secundarios que tienen algunos medicamentos durante la conducción, pues la gran mayoría los desconocen o, peor aún, no le dan importancia.
Medicamentos en la conducción
La ingesta de medicamentos antes o durante la conducción puede ocasionar graves consecuencias (incluso aquellos que pueden ser comprados sin receta médica).
Por norma general, existen una serie de síntomas comunes según el tipo de medicamento ingerido por los conductores, aunque todo depende de cada persona, su edad o su metabolismo (siendo las personas mayores el grupo de riesgo más visible).
- Analgésicos: pueden causar sueño y/o mareos.
- Antidepresivos: es común sentir sueño, mareos, visión borrosa, hipotensión e incluso fatiga.
- Ansiolíticos e hipnóticos: sueño, pérdida de los reflejos y de la percepción de las distancias.
- Antipsicóticos: pueden aparecer alucinaciones, delirios y alteraciones en la capacidad motora.
- Antihistamínicos: sueño, visión borrosa, ansiedad e incluso insomnio.
- Colirios y antimigrañosos: dificultad en la visión.
- Relajantes musculares: somnolencia y visión borrosa.
Algunas recomendaciones
Los expertos recomiendan leer siempre el prospecto de los medicamentos y consultar a un especialista si tenemos alguna duda al respecto, sobre todo si se trata de una auto – medicación.
Una de las cosas en las que hay que fijarse para saber si el medicamento afecta en la conducción es un pequeño triángulo rojo con un vehículo en el interior, que aparece en el cartón del fármaco.
Esta etiqueta está recogida en un Real Decreto y es obligatoria en España desde 2007. Aunque no imposibilita la conducción, sí determina que hay que tener en cuenta los efectos adversos que puede haber.
Otra de las recomendaciones es la de evitar conducir durante las horas más soleadas, de forma que evitemos el deslumbramiento, o también durante la noche.