
El precio del petróleo ha descendido más de un 55% desde el pasado mes de junio de 2014, lo que ha producido una bajada considerable del precio medio del combustible (casi «euro por litro»). No obstante y pese a las previsiones, el precio del combustible en gasolineras tan solo bajaba cerca del 20%.
¿Cuál ha sido la razón de tal desajuste? ¿Cuál es la causa por la que, si baja tanto el petróleo, no bajan los precios de la gasolina?
Está claro que la demanda del crudo ha descendido a nivel mundial. Esto se debe, principalmente, a que en Estados Unidos se ha incrementado tanto la producción como la exportación de gas y crudo. Un acrecentamiento gracias a la práctica del fracking (técnica de fracturación hidráulica para la extracción de gas no convencional), superando a estados tan expertos en el sector como son Rusia o Arabia Saudí.
El método de Fracking
El fracking, también conocido como fracturación hidráulica, es un método de extracción que ha propiciado el aumento de la producción de gas y crudo en EEUU. El modo de actuación se basa en una perforación vertical y horizontal del subsuelo hasta localizar el gas.
A continuación, se inyecta a presión grandes cantidades de agua, arena, estabilizantes del terreno y componentes químicos, que agrandan las grietas y permiten que el gas y los hidrocarburos se filtren al pozo, desde donde se bombean hacia la superficie. Posteriormente, tanto el gas como el crudo se separan del agua contaminada y se almacenan en balsas de evaporación excavadas sobre el terreno.
Sin embargo, el método de extracción ha sido duramente criticado debido a los posibles riesgos medioambientales que éste conlleva: emisión de contaminantes a la atmósfera, contaminación de las aguas subterráneas junto a escapes y fugas, descargas no controladas de aguas residuales…
Supuesta incongruencia de precios
Existen diversos factores que conllevan a que las variaciones en el primer precio del material prima no se traslade al producto derivado, es decir, al precio final de la gasolina. Ejemplos claros podrían ser la caída de la cotización del euro o la actual situación de demanda estable y crecimiento de la oferta que ha dado lugar a que Estados Unidos consiga ser el mayor productor de petróleo del mundo.
Según las propias empresas productoras, el petróleo es considerado responsable tan solo un 40% del precio final de la gasolina. Asimismo, y antes de que la propia materia prima se convierta en combustible en sí, el petróleo es tratado a lo largo de una serie de procedimientos previos de refinado, transporte, comercialización al por mayor…
Por otro lado, la partida de impuestos también influye enormemente en la selección del precio final de la gasolina, suponiendo casi un 46% del mismo.
Gobierno vs. Petroleras
Este debate ya se ha apreciado día a día en los medios de comunicación, los cuáles afirman que según el Gobierno, «las petroleras no trasladan a los clientes el descenso del precio de combustible». Mientras que las propias petroleras se defienden afirmando que «la mayor parte del precio del carburante son impuestos que se queda el Estado».