
En TGAS Gasolineras nos preocupamos permanentemente por tu seguridad y bienestar. Por ello, queremos ofrecerte información valiosa para el mantenimiento de tu coche. Con la llegada del verano, los automóviles conviven con las temperaturas más elevadas, la incidencia solar, las ardientes carreteras, los desplazamientos más largos y frecuentes y, a menudo, la obligación de dormir al aire libre.
La consecuencia es clara: sufren más. Esto incrementa el riesgo de averías, sobre todo de unas cuantas de ellas que son especialmente frecuentes en verano. ¿Quieres saber cuáles son las más habituales?
Neumáticos: un punto débil en verano
Siempre son un aspecto capital en la seguridad vial, de hecho son el punto de contacto entre tu vehículo y cada carretera. En esta época del año las temperaturas aumentan y afectan a su estado, al tiempo que la emisión térmica de las superficies completa el cóctel del peligro.
Es más importante que nunca vigilar su presión frecuentemente. Tan peligroso es que los lleves desinflados como excesivamente hinchados. Cuando la presión es baja, la temperatura interior aumenta enormemente y, junto al calor emitido por el firme, genera un alto riesgo de reventón. El exceso de aire en ellas se distribuye de manera irregular y ocasiona un peor agarre y una merma en la estabilidad.
Tampoco te conviene circular con las ruedas envejecidas, porque la adherencia del caucho agrietado es mínima. Recuerda que las tormentas son frecuentes en verano y, con el barrillo creado, la calzada se torna jabonosa y exigen un buen agarre a tus neumáticos.
Sistema de refrigeración del motor: un elemento de riesgo
El coche debe estar bien refrigerado para poder desempeñar su labor en estas condiciones climáticas tan exigentes. Sin embargo, el sistema de refrigeración del motor presenta algunos puntos débiles que deberías vigilar con minuciosidad y celo. En concreto, los termostatos, la bomba de agua y el radiador.
Entre las averías veraniegas más frecuentes de este tipo, figuran las siguientes:
- Termostato de agua: está expuesto a cierta corrosión y a un continuado desgaste mecánico, por lo que no resulta raro que acabe bloqueado, lo cual dificulta al motor para adquirir la temperatura de funcionamiento normal.
- Termostato del electroventilador: este posible fallo se da en los autos dotados con ventilador eléctrico, en los que a veces el termostato no se activa o aumenta su velocidad de forma incontrolada. El modo, en consecuencia, sube su temperatura de forma peligrosa.
- Líquido refrigerante: esta verificación periódica es imprescindible, mucho más en verano, sobre todo si tu coche es antiguo o acumula demasiados kilómetros. Si no te das cuenta de que la aguja de la temperatura se ubica en la zona roja, la reparación de la culata o del motor resultará inevitable. Reponer el líquido perdido en esas fugas prolonga la vida útil del automóvil y compensa puntualmente ese problema. Además, tu coche se desenvolverá mejor.
- Ventilador: cuando es eléctrico, falla por desgaste del rodamiento o por un desajuste en el termostato. Los de embrague viscoso se estropean de manera interna, cuando se deteriora el fluido que genera el giro de las aspas y el ventilador se bloquea, se para o funciona lentamente. El coste de la reparación no es económico.
- Bomba de agua: su desgaste es continuado, en cuanto el motor se pone en marcha sus aspas empiezan a girar. Un problema habitual es que se dañe el rodamiento, incluso las aspas. Repararla es asequible, si bien cambiarla por completo ofrece una mayor tranquilidad duradera.
Aire acondicionado: en el peor momento
¿Crees que es la Ley de Murphy la que hace que los aires acondicionados se estropeen siempre en verano? Es posible, pero también razonable: es cuando los utilizamos, por lo que no notaremos su avería en otras épocas. Sea como sea, al detectar un fallo lo primero que debes discernir es si se trata de un fallo real o, simplemente, de la falta de carga. Cuando esto ocurre, lo que notarás es que enfría, pero muy poquito. Como si le faltara fuerza. Si obligas a tu climatización a funcionar con poco gas durante mucho tiempo, el compresor acabará dañándose y tendrás que cambiarlo.
Definitivamente, el aire acondicionado no es solo un atributo para el confort y el bienestar de los presentes en el habitáculo. No te confundas: llevarlo estropeado o débil caldea el interior del automóvil y exige al conductor desenvolverse en unas condiciones poco favorables, que generan somnolencia y pérdida de concentración. Así que es un factor más de seguridad vial al que debes prestar toda la atención necesaria.
Ahora ya tienes más claro cuáles son las averías más frecuentes en verano, por lo que estás mejor preparado para prevenirlas y acudir a tu taller rápido TGAS de confianza tras los primeros síntomas. ¡Feliz verano en movimiento!