
Llega septiembre y con él, las prisas matinales y los bocadillos envueltos en papel aluminio: la «vuelta al cole» ya está aquí. Es por ello que, desde Tgas, queremos velar por tu seguridad y la de tus hijos en las carreteras. Sobre todo, cuando son ellos quienes utilizan el transporte escolar para ir al colegio.
Según ha afirmado la Dirección General de Tráfico (DGT), «el 90% de los accidentes ocurren en los momentos de subida y bajada del autobús, siendo la mayoría atropellos por distracción». A continuación, exponemos una serie de recomendaciones destinadas a los padres y aprobadas por el Real Decreto 443/2001, del 27 de abril. Unas condiciones necesarias de seguridad en el transporte escolar y de menores:
- Un menor sin ningún tipo de retención, multiplica por cinco el impacto ante un accidente de tráfico. Por lo que, desde 2007, es obligatorio la integración y el uso de cinturones de seguridad en todos los asientos de las guaguas.
- El vehículo debe disponer de asientos para personas con discapacidad.
- Como regla general, la guagua no puede superar los 16 años de antigüedad circulando en las carreteras.
- La duración máxima del trayecto no debe exceder de una hora, en cada sentido del recorrido (ida y vuelta).
- El piso de la guagua no debe ser deslizante y los bordes de la escalera deben ser de colores vivos para su máxima visualización.
- Es obligatoria la presencia de un acompañante en los transportes públicos escolares, donde al menos, la tercera parte de los pasajeros tienen una edad inferior a los 16 años. Pero más aun, cuando se transporte a alguna persona con cierta discapacidad.
Lo cierto es que la guagua es uno de los transportes más seguros hoy en día en nuestras carreteras, así como el más utilizado por los menores para desplazarse al centro escolar. Pues según la DGT, «17.000 autobuses (40% de la flota privada) realizan servicios de transporte escolar en España».
En este sentido, desde Tgas pretendemos conseguir que los trayectos cotidianos se lleven a cabo a través de las precauciones requeridas para alcanzar la mayor seguridad posible. Porque durante la «vuelta al cole» aceleramos nuestro ritmo de vida, pero en la carretera, no me la juego.