
Una nueva década comienza y toca hacer balance de lo logrado en la anterior y poner la vista en nuevos retos.
En cuanto a siniestralidad, los números indican que existe un estancamiento y no se ha experimentado una reducción importante de las víctimas de tráfico, aunque los avances tecnológicos nos ofrecen un panorama realmente esperanzador.
Resulta imprescindible seguir trabajando en políticas que buscan la concienciación, actualizar la normativa o invertir en infraestructuras, y las autoridades europeas toman cada vez más consciencia de que acercarnos al objetivo cero pasa por afrontar cambios en las diferentes estrategias de seguridad vial.
Esta nueva década debe materializar todas esas promesas tecnológicas que llegarán para paliar el factor humano, y la industria de la automoción está en disposición de aplicar esas innovaciones revolucionarias.
Sistemas avanzados de asistencia al conductor
Estos sistemas, también conocidos con las siglas ADAS, llevan ya algunos años integrándose en los vehículos. Ya han quedado más que probados sus beneficios y efectividad de cara a la prevención de accidentes.
Algunos como los sistemas de frenada automática o de mantenimiento de carril son ya conocidos por muchos, pero es cierto que su presencia no se está traduciendo en mejores datos de siniestralidad.
La Unión Europea quiere acelerar la introducción masiva de estos sistemas, ya que todavía no existe una mayoría de vehículos que dispongan de ellos, por lo que todavía es poco influyente. Las instituciones comunitarias han impulsado una nueva legislación que hará obligatorios 15 sistemas ADAS a partir de 2022.
La intención es que estos sistemas dejen de ser una prestación opcional, o de vehículos de media y alta gama. Cuando hablamos de seguridad, todo lo que pueda evitar víctimas en carreteras debe estar incluido de serie.
Big Data y comunicación
Ya hablamos antes de los sistemas ADAS, que se relacionan de forma inevitable con un ámbito material del coche autónomo. Pero, además, el camino hacia la consecución de la inteligencia suficiente para que los coches se conduzcan solos arroja más beneficios.
La gestión de grandes masas de datos o Big Data se une a las tecnologías de comunicación entre vehículos e infraestructuras. La llamada seguridad vial predictiva desmonta los factores de riesgo gracias al estudio avanzado del comportamiento de los usuarios de la vía.
Los dispositivos tecnológicos relacionados con la conducción y el tránsito proporcionan gran cantidad de información. Mientras, el Big Data ayudará a entender todos esos datos para poder explorar nuevas soluciones y gestionar de forma más eficiente los recursos, con la intención de potenciar y mejorar la seguridad vial.
¿Será esta la década del coche autónomo?
Durante estos últimos años hemos leído y oído hablar mucho sobre la conducción autónoma y son muchos los fabricantes de automóviles que invierten en ella. A pesar de esto, se trata de una cuestión que crece muy poco a poco. Los requisitos que un coche autónomo necesita para comenzar a rodar y la tecnología necesaria para ello, hacen que su implantación no sea aún una realidad absoluta.
Claramente en esta nueva década veremos muchos avances a este respecto, que dotarán de inteligencia propia a los vehículos.
Volvo venderá un coche semiautónomo a partir de 2021, General Motors incorpora su modelo sin volante ni pedales y Tesla pretende alcanzar el nivel 4 de conducción autónoma (el penúltimo) en poco tiempo. Está claro que muchos fabricantes de automóviles nos presentarán modelos que alcancen los últimos niveles de conducción autónoma durante los próximos años.
La industria automovilística confirma su intención de conquistar la conducción autónoma plena, aquella en la que no será necesaria ningún tipo de intervención humana.
Radares y drones
Evidentemente el desarrollo de las nuevas tecnologías afectará en positivo a los radares y a los diferentes sistemas con los que las autoridades controlan nuestras carreteras.
Previsiblemente los radares levantarán el vuelo gracias a los drones. En este año pasado la Dirección General de Tráfico contaba y probaba de manera experimental 11 drones, pero estamos seguros de que esta flota va a crecer con los años. Queda aún por ver qué funcionalidades legales puedan tener.