
Las continuas inversiones por parte de la Refinería de Santa Cruz de Tenerife han hecho posible una considerable reducción (70%) de los malos olores en la capital tinerfeña, cubriendo algunas de sus balsas residuales. Unas emisiones que, actualmente, se encuentran por debajo de los límites exigidos por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, a través de la Autorización Ambiental Integrada (AAI).
Según había señalado el director de la industria petrolera, Salvador García, desde 2012 se comenzó un proceso de inspección y detención de pequeñas fugas en las distintas unidades y en los focos principales. Como es el caso de la planta de aguas residuales; lugar principal donde residía el olor tan desagradable para los vecinos santacruceros.
Dichos olores se concentran, sobre todo, en elementos químicos tan nocivos como son el dióxido de azufre (SO2), el óxido de nitrógeno (NxOy) o las emisiones de partículas procedentes de la Refinería. Una cuestión de la que siempre fueron conscientes los responsables de la empresa tinerfeña y de la que ha derivado el documento voluntario, presentado el pasado mes sobre la regulación de estos compuestos químicos.
Además, el incesante control de medidas medioambientales por parte del Gobierno de Canarias (Plan de Calidad del Aire aprobado en enero de este mismo año), obligan a la Refinería de Santa Cruz de Tenerife a estar en un constante compromiso de calidad, en cuanto a sus emisiones.
Es por ello que, con la intención de continuar reduciendo el impacto medioambiental, el objetivo de la Refinería a lo largo de 2014 será cubrir una tercera balsa con el propósito fundamental de poner fin a las molestias por los malos olores en Santa Cruz de Tenerife. Sobre todo, para aquellos ciudadanos que residen en las zonas próximas a la industria petrolera.
Asimismo, el propio Salvador García ha asegurado que aún no existe una fecha concreta para que la Refinería vuelva a poner en marcha toda la maquinaria que permite llevar a cabo el tratamiento del crudo, cuyos motivos están relacionados con la mala situación en la que se encuentra el mercado del petróleo.