
Uno de los objetivos actuales presente en nuestra sociedad, es la búsqueda de nuevos sistemas energéticos que reduzcan los agentes contaminantes y aseguren el suministro. Como alternativa a los tradicionales vectores energéticos de combustible fósil, se plantea poder emplear hidrógeno, del que se dice ser más limpio, renovable y eficiente.
El desarrollo de estas tecnologías relacionadas con el hidrógeno y pilas de combustible ayudará a lograr ciertos objetivos que, de otra forma, sería complicado alcanzar. De esta forma, se busca reducir en un 40% las emisiones que provienen del transporte para 2030 Actualmente, estos valores se sitúan en más del 30% de las emisiones de CO2.

Esquema del funcionamiento de una pila de combustión. Autor: Abengoa
El funcionamiento de las pilas de combustible es el inverso al de la reacción electrolítica, es decir, el oxígeno e hidrógeno se combinan para formar agua, con producción de energía eléctrica. En este caso, se trata de una reacción limpia en la que el único subproducto es agua, que no presenta ningún peligro para el medio ambiente.
En la actualidad, países como Estados Unidos, Japón, Corea, Alemania, Europa, Reino Unido o Canadá, cuentan con una clara apuesta por el uso del hidrógeno. Estos cuentan con programas específicos de apoyo al desarrollo de la tecnología y la industria. Por lo contrario, en España sólo existen 6 estaciones de repostaje de hidrógeno, situadas en Albacete, Huesca, Zaragoza, Puertollano y dos en Sevilla.
Por su parte, Javier Brey, presidente de la Asociación Española del Hidrógeno, comentó recientemente en una jornada informativa sobre la tecnología del hidrógeno y pila de combustible que “el hidrógeno es un elemento masivamente utilizado, un combustible conocido y un vector energético limpio y eficiente. Además, es integrable con diversas energías renovables, existe ya un mercado, y su disponibilidad es inmediata. Por ello, la mayor barrera para su uso no es técnica, sino económica”.