
Las llantas son parte fundamental de las ruedas de tu coche y como bien sabrás, son los principales elementos de seguridad de tu vehículo. Al fin y al cabo, suponen la superficie de contacto del vehículo con el asfalto, por lo que cualquier defecto puede provocar un pinchazo o incluso un accidente. En este blog queremos contarte lo que debes hacer para conservarlas en perfecto estado.
Tipos de llantas
Lo primero que debes hacer es determinar de qué material son las llantas de tu vehículo. Debido a su carácter ligero, su inmejorable estética y a la reducción del precio que han experimentado a lo largo de los últimos años, las llantas de aleación de aluminio son las más habituales. Sin embargo, todavía es posible encontrar llantas de acero. Son más pesadas, por lo que afectan negativamente al consumo de combustible, pero también son más baratas.
Consejos de limpieza y mantenimiento
Cada vez que laves tu vehículo, dedica unos minutos a la limpieza y el mantenimiento de las llantas de tus neumáticos. Te dejamos algunas recomendaciones:
Prepara las llantas
Lo más probable es que hayas utilizado agua caliente o que hayas tenido que circular varios kilómetros hasta el lugar en el que vas a limpiar las llantas. En ambos casos, deberás esperar hasta que se enfríen. Cuando lo hagan, utiliza una pistola de agua a presión para retirar los restos más gruesos de suciedad. Ten cuidado con el cepillo ya que utilizar en exceso el cepillo con este fin puede acabar provocando arañazos.
Escoge un limpiador adecuado
Puedes encontrar uno en cualquier comercio especializado. Te recomendamos que pidas consejo al profesional del comercio ya que será capaz de brindarte la información fiable y más adecuada para tu coche. En caso de que tengas llantas de aleación, no podrás utilizar soluciones que dispongan de sustancias ácidas. Pueden generar daños irreversibles. Una vez que lo elijas, fíjate bien en las instrucciones de uso y las recomendaciones del fabricante.
Generalmente, basta con aplicar el producto directamente sobre la llanta y dejar que actúe. En la etiqueta, el fabricante especificará cuánto tiempo es necesario esperar. No lo dejes más tiempo, pero tampoco menos.
Utiliza siempre un cepillo de cerdas suaves
Es mejor quedarse corto en este sentido que pasarse con la dureza. No importa lo sucias que estén las llantas. Con el limpiador adecuado y un cepillo de este tipo, deberías tener suficiente como para eliminar cualquier resto de suciedad.
Pero ¿qué hacer con las zonas de difícil acceso? Nuestro consejo es utilizar un cepillo de dientes de cerdas suaves.
Aplicar un sellador
Se trata de un producto que protege la superficie de la llanta durante una cantidad de tiempo determinada. Es decir, una vez que lo apliques, la suciedad no se incrustará. Al menos, no del modo en que lo haría si no lo usas. Recuerda que, antes de aplicarlo, debes limpiar y desengrasar la llanta. Si no lo haces, no se fijará correctamente.
¿Tus llantas tienen daños estéticos? Te ayudamos a prepararlos
Debido al uso y al paso del tiempo, las llantas pueden sufrir desperfectos como consecuencia de roces con bordillos y otras superficies. En muchos casos, es imposible eliminarlos con los productos citados anteriormente, lo que no quiere decir que tengas que aguantarte con ello.
Por norma general, siempre que el rasguño no penetre más de 1 mm en el metal de la llanta, podrás proceder a la reparación tú mismo. Eso sí, si detectas alguna grieta en la estructura, no lo dudes y contacta con tu taller de confianza. En Tgas contamos con talleres de mecánica rápida en algunas de nuestras estaciones. Consulta a un profesional para que proceda a su sustitución. Tu seguridad es lo primero.