
Ahorrar combustible se ha convertido en una prioridad para todos aquellos que tenemos que usar el coche a diario. Al fin y al cabo, los carburantes se encuentran en máximos históricos, lo que tiene un fuerte impacto sobre nuestro bolsillo. Pero ¿cómo lograrlo sin dejar nuestro vehículo aparcado en casa? Aquí vamos a darte una serie de consejos muy efectivos.
Revisar la presión de los neumáticos
Una vez al mes o siempre que vayamos a realizar un viaje largo. Según algunos estudios, 0,5 bares de presión por debajo de lo indicado por el fabricante puede suponer un consumo de combustible adicional de entre un 2 % y un 4 % por cada 100 kilómetros recorridos.
Es cierto que, si elevas la presión por encima de lo especificado por la marca, podrás ahorrar carburante. Sin embargo, no es una decisión inteligente. ¿El motivo? Al inflar demasiado los neumáticos, el riesgo de sufrir un pinchazo crece ostensiblemente. Evidentemente, es un peligro para tu seguridad, la de quienes te acompañan y la del resto de usuarios de la vía. Pero, además, también reduce la vida útil de la cubierta, ya que el desgaste no tendrá lugar de manera uniforme.
Mantenimiento y sustitución de los filtros
Fundamentalmente, hay tres: el filtro del aire, el filtro del aceite y el filtro del carburante. La función de todos estos elementos es retener posibles restos de suciedad y sustancias de desecho. Cuando no están en buen estado, exigen que el motor realice un sobreesfuerzo para funcionar con normalidad, lo que se traduce en un mayor consumo.
Pero ¿cuándo se deben sustituir? Esto depende del caso. Lo ideal es llevar el coche a un taller para realizar una revisión, al menos, una vez al año con motivo del cambio de aceite. La puedes coordinar con la ITV para garantizar que superarás la inspección. El mal estado de estos tres filtros puede traducirse en un incremento de hasta el 5 % en el consumo.
Apagar el motor en paradas largas
¿Sabías que un coche al ralentí consume entre 0,5 y 1 litro de combustible a la hora? Pues así es. Por ello, según los especialistas, te sale rentable apagar el motor y volverlo a encender siempre que la parada que vayas a realizar sea superior a los 10 segundos.
Este es el motivo por el que la mayoría de los vehículos modernos cuentan con un sistema Start & Stop. Gracias a él, cuando el vehículo se sitúa en punto muerto y se detiene por completo, el motor se apaga sin que el conductor tenga que hacer nada. Después, al presionar el embrague, vuelve a arrancar.
Evitar los acelerones
Conducir con brusquedad tiene efectos muy negativos sobre el consumo de combustible. Parte de la base de que la primera marcha está pensada en exclusiva para sacar el vehículo de punto muerto. Por tanto, no debes mantenerla engranada más de dos segundos. Si tu coche no tiene asistente de salida en cuestas, usa el freno de mano para no tener que dar un acelerón.
Por su parte, una vez que alcances la velocidad máxima de la vía, engrana una marcha larga. Por ejemplo, poniendo cuarta al llegar a 50 km/h en ciudad. Esto te ayudará a reducir el consumo y a aprovechar al máximo la inercia del vehículo. Si tu coche tiene velocidad de crucero, úsala.
Ya que hablamos de inercia, te damos otro consejo. Puede que, si ves a lo lejos un semáforo en rojo, pongas el coche en punto muerto y avances así hasta detenerte. Esto es un error. Como dijimos antes, el vehículo consume combustible al ralentí. En cambio, si dejas la marcha engranada y quitas el pie del acelerador, el consumo será equivalente a cero.
Ventila tu vehículo antes de empezar a circular
¿Has dejado tu coche aparcado al sol? Entonces, antes de subirte, abre las puertas y las ventanas. La temperatura interior puede ser superior a los 50º C. Si no has usado parasol u otros elementos de protección, el habitáculo será un auténtico horno. Con esta acción reducirás la temperatura rápidamente.
Es más, si puedes, mueve el vehículo hasta algún lugar cercano a la sombra y déjalo con las puertas abiertas durante un par de minutos. No caigas en el error de encender directamente el aire acondicionado o climatizador. La razón es simple. Tardará algunos minutos en emitir aire frío y gastará combustible sin regular la temperatura.
¿Ventanillas abiertas o climatizador?
Circular con las ventanas abiertas afecta a la aerodinámica del vehículo, ya que el viento ofrece resistencia al movimiento. Asimismo, como ya hemos dicho, el climatizador o sistema de aire acondicionado y calefacción también gasta combustible.
Según los expertos, en ciudad es más rentable mantener las ventanillas abiertas. El motivo es que resulta más difícil mantener una velocidad constante. Además, se estima que, hasta no superar los 60 km/h, no sale rentable cerrarlas y encender el climatizador.
Evidentemente, puede que el aire exterior esté tan caliente o frío que sea imposible circular con las ventanillas cerradas. Por tanto, aunque esto puede ayudarte a ahorrar mucho combustible, la decisión dependerá de la situación.
Por su parte, si enciendes el climatizador, no lo sitúes por debajo de 22-23º C. Esa es la temperatura de confort ideal para circular en coche.
Planifica tu viaje con ayuda del GPS
El último consejo que te queremos dar para ahorrar combustible. En caso de que vayas a hacer un viaje largo en coche, dedica unos minutos en casa a planificar tu ruta. Elegir el camino más rápido y con menos tráfico es la opción ideal. Piensa que, por cada 10 minutos que te retrases por cada hora de viaje, gastarás en torno a un 14 % de carburante más.
En definitiva, en Tgas sabemos que ahorrar combustible es perfectamente posible sin renunciar al uso de tu vehículo. Todos los consejos que te hemos dado pueden traducirse, perfectamente, en una reducción del consumo de entre el 10 % y el 12 % por cada 100 kilómetros que recorras. Incluso más. Así que no dudes en ponerlos en práctica.