
Principalmente por razones medioambientales, resulta importante promover una mayor eficiencia energética en las carreteras.
Una conducción eficiente nos ayuda a modificar los hábitos para adaptarlos a las innovaciones introducidas en los motores actuales, los cuales reducen el consumo de carburante, mejoran el confort de los ocupantes y aumenta la seguridad en carretera de los mismos, y reducen la contaminación ambiental. Además, reduciendo el consumo de carburante conseguimos un ahorro considerable para nuestro bolsillo.
Según el decálogo elaborado por la Dirección General de Tráfico y el IDAE (Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético), te mostramos algunas de las prácticas que debes tener en cuenta durante la conducción para conseguir una mayor eficiencia energética.
- Arranque el motor de su vehículo sin pisar el acelerador.
- Circule con marchas más largas y a bajas revoluciones.
- Reduzca la marcha lo más tarde posible, especialmente en las bajadas.
- Evite los acelerones y los cambios bruscos de marcha.
- Conduzca con una adecuada distancia de seguridad y un amplio campo de visión que permita ver dos o tres coches por delante.
Si queremos mantener una conducción eficiente, será fundamental mantener una velocidad de marcha constante, evitando pérdidas de energía cinética y aprovechando al máximo las inercias del vehículo. Para conseguirlo es necesario una buena anticipación de lo que sucederá más adelante, y obrar en consecuencia. Exponemos ahora un ejemplo de ello: Si divisamos a lo lejos uno o más vehículos que estás deteniendo su marcha, no debemos mantener el pie sobre el acelerador. Al contrario, dicha actitud nos hará quemar más carburante y además luego tendremos que recurrir a los frenos.
Es importante además circular con una presión adecuada de los neumáticos. Recuerde que, con un déficit en la presión de 1 bar, se consume un 6 % más de carburante además del envejecimiento prematuro de las cubiertas y del riesgo de reventón inminente. Es por ello que debemos controlar la presión de inflado en frío, antes de iniciar el viaje, lo que supondrá un ahorro de combustible considerable y un aumento significativo de nuestra seguridad.