
Parece un mero trámite, pero no lo es. Superar la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) es una obligación para todos los conductores propietarios. Además, hacerlo a la primera supone un considerable ahorro de tiempo y esfuerzo. Pero, para conseguirlo, es indispensable realizar una adecuada pre-ITV. Desde TGAS Gasolineras queremos contarte qué debes tener en cuenta al momento de hacerle este chequeo obligatorio a tu coche.
Principales claves para hacer una buena pre-ITV
Como decíamos, cuantos más aspectos revises de tu coche, menores serán las posibilidades de que obtengas una ITV desfavorable que se traduzca en la inmovilización del vehículo salvo para llevarlo al taller y en una segunda revisión. Estos son los que puedes comprobar por ti mismo:
- El sistema de iluminación: una bombilla fundida, sin importar si se trata de una luz de freno, de posición o de cruce, es suficiente para que no superes la ITV. Por ello, te recomendamos que, antes de acudir a la cita, le pidas ayuda a alguien para comprobar que todas funcionan correctamente. Incluidos los intermitentes y las luces de emergencia. También puedes hacerlo tú solo colocando el coche frente a una pared y fijándote en el reflejo. Pero no solo eso. Has de asegurarte, además, de que los focos están alineados. Si las bombillas delanteras no enfocan la luz hacia el mismo punto, tampoco aprobarás la prueba.
- Los parabrisas: deben funcionar correctamente en todas las posiciones y moverse de manera sincronizada. En este sentido, revisa que las gomas estén bien adheridas a la estructura y que limpien el cristal de forma adecuada. También has de comprobar que tienes líquido limpiaparabrisas en el depósito. Si al pulsar el botón no es expulsado, ya sea porque está vacío o porque los orificios y conductos están obstruidos, también te llevarás a casa una ITV desfavorable. Un problema que puede solucionarse muy fácilmente siendo un poco precavido.
- Los neumáticos: serán de lo primero que revise el inspector de la estación. Hay varios aspectos en los que te debes fijar. El primero de ellos es la profundidad de los grabados. Deben ser, como mínimo, de 1,6 mm. Para comprobar que cumplen este requisito, basta con introducir una moneda de un euro en ellos. Si sobrepasa el marco, superarás la prueba. Recuerda que deben estar bien hinchados, que los correspondientes a cada eje han de ser iguales y que deben tener el tamaño homologado para tu modelo de vehículo. Las grietas y los bultos derivados de golpes contra bordillo son consideradas faltas graves también. Así que, dado que son elementos de seguridad imprescindibles, puedes plantearte su sustitución si no están en perfecto estado.
- Los niveles: el de aceite del motor, el de líquido refrigerante, el de lubricante del sistema de dirección… Hay muchos que debes revisar. Sus correspondientes depósitos tienen una serie de marcas que certifican que están entre los valores mínimos y máximos. Rellénalos en caso de ser necesario antes de ir a la estación de la ITV.
- Las lunas, los cinturones de seguridad y las matrículas: un pequeño ‘chinazo’ en el cristal delantero es motivo suficiente para que no superes la ITV a la primera. Lo mismo sucede si la matrícula delantera y/o trasera está doblada o no permite la visualización perfecta de los números y de las letras a ojos de un radar. Por su parte, los cinturones de seguridad no solo deben engancharse correctamente, sino disponer también de un sistema de bloqueo en caso de colisión. Todo ello será revisado.
- Los gases: dan problemas, sobre todo, en los vehículos diésel antiguos. En los más modernos y en los de gasolina basta con sustituir en plazo el aceite del motor y el correspondiente filtro. El problema es que, con el paso del tiempo, se acumula ‘carbonilla’, lo que hace que a través del tubo de escape se emitan más gases contaminantes de los permitidos. En este sentido, antes de ir a un taller para solucionar el problema, puedes hacer una puesta a punto ‘a la italiana’. Basta con salir a una autovía o autopista y mantener el coche por encima de las 3000 rpm durante 20-30 minutos. ¿Cómo? Pues, por ejemplo, circulando a 120 km/h en cuarta. Esto forzará al motor a expulsar esos residuos y te dará más opciones de superar la prueba.
Una pre-ITV que puedes hacer tú mismo
En definitiva, no siempre es necesario acudir a un taller y gastarte una cantidad de dinero considerable para poner a punto tu coche de cara a superar la ITV. Basta con seguir las recomendaciones que aquí te hemos dado desde TGAS Gasolineras. Eso sí, si no lo consigues, siempre puedes confiar en nuestros servicios de taller rápido.